Nutriologa Susy Arroyo
Hace unos días llamó mi atención un artículo en el sitio Huffpost, donde relatan que en la reconocida Universidad de Carleton en Ottawa, se desató una feroz controversia después de que los directivos de dicha casa de estudios tomaran la decisión de remover de su gimnasio la báscula.
Y muchos se preguntarán… ¿qué tiene de trascendental el quitar la báscula de un gimnasio?
Bastante, desde mi humilde punto de vista y también después de ver todos los comentarios en la red relacionados con este suceso bajo el hashtag #bringbackthescale (“devuelvan la báscula”).
En el caso particular de esta universidad canadiense, la motivación fue el disminuir el estrés y el efecto desencadenante que provoca en muchas de las estudiantes que padecen algún trastorno de la conducta alimentaria.
Ciertamente, las personas que padecen este tipo de trastornos mentales no predominan en la población, sin embargo, yo me atrevería a afirmar que a más del 90% de las personas les preocupa su peso y no se encuentran contentos con el número que ven en la báscula.
Es aquí donde yo secundo la idea de no tener básculas cerca, ni pesarse de manera obsesiva. Yo he tenido pacientes, que no tienen un trastorno de la conducta alimentaria, pero que están literalmente obsesionados con su peso o el peso de alguno de los hijos.
Tan triste como padres que le dicen a sus hijas que si la próxima vez que las visiten y las “PESEN”¡¡?? si es que logran bajar les darán dinero o algún premio significativo.
Ponerle un número a la autoestima y valía de un hijo o una hija NO ES CORRECTO, simplemente está mal.
En nuestra sociedad hemos aprendido a valorar tanto ciertos parámetros que asociamos con belleza, éxito y atractivo, uno de ellos el número que vemos cuando nos subimos a una báscula.
Pero, lo más paradójico de todo esto es que ni siquiera un “peso ideal” es un buen parámetro de salud en la actualidad.
Es decir, cualquier profesional de la salud que se diga conocedor y actualizado en la materia, sabe que las famosas y antiguas listas de pesos ideales para la población están prácticamente en total desuso, por su falta de asertividad a la hora de evaluar el estado nutricio de una persona.
El peso, dice todo y dice nada… es sumamente subjetivo.
En mi experiencia, si un paciente está constantemente pesándose o preguntándome cuánto pesa, no es un buen indicio. Este tipo de pacientes están demasiado enfocados en cambiar el número en la báscula que pierden de vista el verdadero objetivo: SU SALUD.
En lo particular, no recomiendo tener una báscula en casa, ni estar constantemente pesándose.
Pero no me malinterpretes, te aliento a cuidarte y vigilar tu estado nutricio, pero esto es algo totalmente distinto, dicha valoración y correcta apreciación deberá ser hecha por un profesional. Si quieres mantener tu peso estable, te recomiendo evaluaciones cada 4-6 meses.
Cuídate… más no te obsesiones.
Nutrióloga Susy Arroyo