Psic. Margarita S. Guerra Paredes.

ESTADISTICAS
– El suicidio es la segunda causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años.
– De cada 10 suicidios, 7 son hombres y 3 son mujeres.
Chihuahua, Yucatán, Aguascalientes, Campeche y Colima son los estados de México con más suicidios.
– De 2010 a 2013 se registraron 5,547 suicidios y del 2014-2016 incremento 14% con 6,337 casos.

MITOS
Cuando una persona se suicida o intenta suicidarse, la culpa la tienen los padres o el cónyuge.
Es un acto de cobardía.
No se debe ir con el psiquiatra porque no están locos.
No se debe ir con el psiquiatra porque dan pastillas que los hacen adictos.
Los deprimidos deben salir adelante ellos solos, es cuestión de creer en Dios y tener voluntad.
La depresión es un rasgo de debilidad y una forma de manipular a la familia.
Cuando te dicen “Me quiero morir”, tú debes decirles “yo te ayudo”, para que vean que no te manipularán con eso.
Se toman pastillas o se cortan nomas para llamar la atención.
Si una persona tiene éxito laboral, tiene hijos y esposo, no puede tener depresión.  TODAS LAS AFIRMACIONES ANTERIORES SON FALSAS.

La depresión con frecuencia lleva a desear la muerte, las personas que están en medio de esta circunstancia con frecuencia no sabe pedir ayuda o no la piden a las personas adecuadas. Un suicida desea vivir, pero también desea terminar con el dolor emocional que vive y con los pensamientos que lo torturan, con frecuencia ve la muerte como la única opción para terminar con esas circunstancias.
Un deprimido se siente inútil, se considera un estorbo para su familia y ninguna de estas ideas se quitará cuando alguien le diga “Échale ganas”.

CIRCUNSTANCIAS DE RIESGO
Entre más circunstancias de riesgo coincidan, más probabilidades hay de que la depresión se presente y como consecuencia la posibilidad de intentos suicidas también aumentan.
– Cualquier cambio hormonal importante como la adolescencia, un aborto, el parto o la menopausia pueden generar desequilibrio emocional que detone la depresión.
– La muerte de un ser querido.
– Fracaso laboral (renunciar o ser despedido de un trabajo).
– Finalizar con una relación de pareja.
– Haber vivido abuso sexual.
– Abusar de sustancias toxicas (alcohol, drogas).
– Situación familiares adversas que generen una niñez con traumas severos (abuso-violencia físico y psicológico).
– Dificultad para adaptarse a una nueva cultura, casa, escuela, trabajo.
– Sensación de sentirse incapaz de sobrellevar las exigencias laborales y/o familiares.
– Confusión de rol sexual y/o vocacional.
– Antecedentes de familiares con psicopatologías y/o abuso de sustancias tóxicas.

Frente a cualquier duda, atrévete a preguntar a un especialista (psicoterapeuta o psiquiatra) y solicitar asesoría y/o valoración de la persona que esta deprimida o con ideas suicidas.

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