Psic. Margarita S. Guerra Paredes.
Esta es una frase que usamos con frecuencia para referirnos a cosas que se nos antoja o no se nos antoja hacer o dar. “No me nace comprarle regalo… Me nació darle un abrazo”. Pero platicando con una amiga, me dijo una frase que me ha dado vueltas… Cuando algo no le nace a una persona… Se le puede “injertar”. Y desde esa frase me dan vueltas varias ideas…
¿SE PUEDEN SEMBRAR O INJERTAR GANAS, INTERÉS DESEO?
No podemos negar que hay personas que son influencia importante en nuestra vida y que nosotros somos en algún momento somos influencia para algunas personas.
Y entonces cuando invitamos, convencemos, pedimos, sugerimos estamos “injertando/sembrando” que algo nazca en la otra persona. Y es muy probable que la intención sea hacer algo juntos o que se disfrute algo que sabemos le dará alegría, es decir, cuando “injertamos deseos” hay un interés en generar disfrute y o bien común.
Entonces… ¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE RECLAMAR, EXIGIR?
Termina siendo muy diferente cuando exiges, reclamas o te quedas con el resentimiento de que “no le nació” algo a esa persona que es especial. Cuando alguien exige o reclama, ya hay una dosis de resentimiento y de frustración de que algo que no se me dio y que me correspondía recibir, me lo merecía, me lo debía; hay interpretación y hay juico de: no me valora, no le intereso, no soy importante en su vida. Y entonces…
¿ESTA MAL EXIGIR?
Por supuesto que no. Es tu derecho, es mi derecho. Pero se me ocurre que con frecuencia pasamos del silencio de esperar que algo “nazca” al reclamo de “tu nunca” y se me ocurre que tal vez sería bueno que fuéramos más jardineros para sembrar o injertar y menos contadores que reclaman derechos.
¿Y SI DESPUÉS DE SEMBRAR/INJERTAR… NO NACE?
Entonces será tu tiempo de preguntarte si puedes renunciar a lo que esperas?, ¿Cuánto tiempo quieres seguir esperando que germine lo que sembraste/injertaste?, ¿Cuánto pesa en tu relación esto que no “le nace”? y será tiempo de revisar y tomar decisiones.