Mtra. Danitza Aidé Covarrubias Treviño

Desde que estamos en la primaria escuchamos la frase “somos seres sociales por natuRaleza”. Y de ahí, lo seguimos cantando por el resto de la vida. Más es importante mirar las implicaciones que esta afirmación tiene y que pocas veces somos invitados a reflexionar y trabajar en ello.

Al decir que somos seres sociales no solo tiene la implicación que vivimos en lo social y que nos desenvolvemos en ello. Esto es reducir el concepto a un plano lógico y material.
Los nuevos avances teóricos tienen que ver con la construcción social de la realidad, y es en esta relación intersocial que construimos lo que es.

Dentro de ese construir lo que es, también nos construimos a nosotros mismos al diferenciarnos del otro, o de lo otro.
El otro, entonces, es un reflejo del yo, pues me asemeja o me diferencia. Y es a través de esta comparativa que definimos la identidad. Que nos construimos a nosotros mismos.

La típica frase de nuestro gremio de psicólogos “lo que te choca te checa”, tiene que ver con esta realidad de que somos en relación con eso otro, y que si algo se mueve internamente en referencia de el otro, algo tiene que ver con nosotros mismos.

Qué se parece el otro de mi? O qué quisiera ser o hacer y no me atrevo?, como lo hace el otro?

El otro, si lo miro, me construye. Es referente de quien quiero ser, quien no quiero ser, a quien me asemejo o a quien me distancio.

Más si deseamos que todos sean iguales, y todos piensen como nosotros –que es el común denominador-, no queremos construirnos ni compartir la realidad social. Queremos ser dominadores y dictar sobre el mundo. Es entonces cuando nos perdemos. Nos perdemos del enriquecimiento de la vinculación y del compartir ideas, experiencias, etc. Nos perdemos también del aprendizaje, de las nuevas posibilidades. Nos perdemos de la oportunidad de ser otros con el otro, pues es en relación de los otros que nos exploramos y nos vivimos en diferentes personajes, posibilidades y crecemos en la experiencia humana.

Y tú, qué tanto espacio le das al otro? Qué tanto puedes mirarlo y darle un lugar en la existencia?

«El amor del espíritu es una actitud. Acepta todo tal cual es, simplemente porque existe.»
Bert Hellinger.

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