NO SÓLO DE PAN VIVE EL HOMBRE…
Viernes de Nutrición con Susy Arroyo
A propósito del lamentable suceso en la ciudad de Monterrey, he tenido la oportunidad de dialogar con mis amigos, pacientes y familiares sobre las implicaciones más profundas que tiene este hecho tan doloroso.
El día de ayer, la Psic. Margarita Guerra escribió un reflexivo artículo al respecto y me parece que, efectivamente, el trágico desenlace de esta historia regiomontana, no es más es que un síntoma de problemas más graves y multifactoriales que padece nuestra sociedad.
Yo, como nutrióloga, pensé inmediatamente en: ¿qué implicaciones tiene mi área en un hecho como éste?
Parecería que ninguna, sin embargo, LA ALIMENTACIÓN, el acto de alimentarnos diariamente, SI tiene implicaciones en algo como esto.
El acto de alimentarlos cubre 3 funciones principales en los seres humanos, la primera y más obvia es la fisiológica, es decir, nos alimentamos para sobrevivir y como fuente energética para mantenernos vivos.
Sin embargo existen otras dos funciones no tan obvias, pero SI de igual importancia y valor: una segunda que es la psicológica y la tercera que es la función social.
¿Psicológica por qué?
A los humanos nos GUSTA comer, disfrutamos comer. Ya lo dice la frase coloquial “Comer es un placer de los dioses”, y así lo es y lo debe de ser.
Muchos se preguntarán ¿Y quién no disfruta comer?
Desafortunadamente, muchas personas. Personas que sufren de graves enfermedades como el cáncer, gastrointestinales o los trastornos de conducta alimentaria, por ejemplo.
Y la última, misma que me parece resaltar el día de hoy es: la SOCIAL.
Bien sabido es que los seres humanos somos sociales por naturaleza, es decir, vivimos en grupos, la soledad nos hace daño y afecta nuestra supervivencia.
Comer aislado nos afecta, nos hace sentir mal, nos deprime, afecta nuestra autoestima y fomenta comportamientos antisociales.
Es muy importante que como madres y padres fomentemos el sano disfrute de los alimentos en familia, en comunidad, como parte de una sociedad.
Los humanos nos reunimos en torno a la comida prácticamente en todo momento, en los momentos más importantes (nacimientos, bodas, cumpleaños, funerales…), luego entonces, debemos alentar a nuestros hijos a lograr la habilidad de comer en “sociedad”, de ser partícipes y con ello desarrollar un sano sentido de pertenencia y convivencia con todos los que me rodean.
El acto de alimentarnos es uno que parece muy trivial, sin embargo, es crucial que vigilemos que se esté alimentando a nuestros hijos, no sólo de manera fisiológica, sino también se alimente su alma.
Por eso titule este mensaje con el extracto de la Biblia que dice “no sólo de pan vive el hombre…” también debemos de alimentar a nuestros hijos con amor, con valores, con interés por sus actividades, platicando con ellos durante la toma de los alimentos, haciendo sobremesa y así enseñarles que importante son para su familia, para sus amigos, para sus compañeros de clases…
Alimentémonos en toda la expresión de la palabra.
Nutrióloga Susy Arroyo.