El fin de semana me toco compartir algunas ideas con un grupo de maestras, fue muy enriquecedor convivir con ellas. La idea era darles algunas ideas acerca de la crítica y por tal motivo busque material que me aclarara algunas ideas y eso es lo que esta semana me gustaría compartirles.
La crítica tiene varias connotaciones negativas… a nadie nos gusta que nos critiquen …(El ego reclama y busca salir ileso de una crítica) y cuando esto sucede podemos encontrar reacciones variadas:
– Culpar a otros de los errores de los que se hace observación. Por ejemplo: – Dejaste la puerta abierta… Pues es que Daniel venía atrás de mí y no me avisó que se quedaría afuera.
– Buscan justificar y generalmente ponen pretextos para no hacer lo que tenían que hacer. Por ejemplo: – Hijo no lavaste los trastes… Es que no encontré el jabón.
– Reclamar los mismos errores (o parecidos) a quien hace la observación. Por ejemplo: – Me dijiste que este fin de semana iríamos al cine y habíamos quedado que no cambiaríamos planes por el trabajo…. Y la semana pasada?, tu hiciste lo mismo… así que ni me digas nada.
– No hacer ningún tipo de comentarios frente a quien hace la observación, pero considerar que hay dolo o “mala idea” en las observaciones realizadas.
Estar cerca de una persona criticona puede ser divertido un rato, pero después de un tiempo es cansado y desgastante pues no ven nada positivo, de todo se quejan, porque todo lo ven mal. La crítica es tan mal vista que revisando una página con este tema, encontré que incluso cuestionaban que existiera una “crítica constructiva” y a lo que invitaba era a ver siempre todo de forma optimista para evitar que la autoestima se lastime.
Y entonces empecé a imaginarme a una persona sin capacidad para escuchar sugerencias (crítica constructiva o destructiva) o sin capacidad para realizar una auto evaluación de su labor… y definitivamente me preocupo encontrarme con alguien así. Me imaginé una persona que laboralmente no pueda ver áreas de oportunidad o mejora o en sus relaciones personales no pueda identificar sus conductas inconvenientes, esas que lejos de ayudar a un bien común, generen dolor o incomodidad… o como ciudadano que realice lo que le parezca adecuado sin lograr identificar si es o no lo mejor para él o para sus iguales o para la comunidad en general. Definitivamente, mi conclusión es que saber escuchar la crítica (constructiva o destructiva) es una habilidad necesaria en nuestra sociedad. Habrá quienes nos muestren nuestros errores o áreas de oportunidad de una forma amable (constructiva) y habrá quienes no… De cualquier forma es importante aprender a ponernos un escudo para evitar que esas críticas abrasivas nos lastimen. Y si como adultos logramos esto, pues es muy probable que también logremos trasmitirlo a nuestros peques.
Estoy muy clara de que la crítica no es agradable, necesitamos domesticar al EGO, porque a este no le gusta perder, ni equivocarse o no tener la razón. Es importante que cada uno busque la forma de mostrarle el camino de la aceptación de las equivocaciones y mostrarle que eso no convierte a la persona en “defectuosa”…”poco amable”… “menos valiosa” etc. Poco a poco la humildad y la honestidad aparecerán con mayor frecuencia y con mayor claridad, generando una forma de actuar que propiciará el respeto de los demás, no el miedo por la reacción.
Hay una parte de la crítica que me parece deseable y necesaria en la vida laboral, social y/o familiar y es la que se refiere a la capacidad para comparar, evaluar y generar alternativas que den soluciones para mejorar no solo a los que te rodean… a ti mismo. El riesgo es caer en la eterna insatisfacción y el perfeccionismo que tanto amarga la vida de muchas personas y de los que los rodean, pero incluso esto es parte de ser consciente de lo que cada uno genera en los demás.
Una de las partes más difíciles/incomodas de enseñarle a tu hijo a ser crítico, es cuando tu hij@ es crítico contigo. No es fácil, ni cómodo escuchar frases como: “Tú dices que está mal… pero lo haces, o Mamá… no que eso no se debe hacer???”. Si estás buscando que tu hij@ sea crític@ deberás resignarte a que lo será también con lo que tú haces como persona, como papá/mamá y siempre y cuando no lo diga de forma agresiva, de burla y/o frente a otras personas, será conveniente que le des la razón y trates de explicarle si es explicable. Por ejemplo: “El semáforo estaba en rojo y diste vuelta… Si porque las vueltas a la izq. Están permitidas”. Y si no hay nada que explicar, pues aceptar el error y busca enmendarlo, ¿No es lo mismo que les pides a ellos?.
En el mundo de los adultos ser autoridad no se gana siendo perfecto, se gana cuando tú como ciudadano señalas un error y la autoridad lo acepta y lo corrige. Es igual con tus hij@s; en la medida en que tú aceptas tus errores y buscas corregirlos, ganarás autoridad con tu hij@. Es contrario a lo que mucha gente piensa:
“Si acepto que me equivoque, se me trepa y me pierde respeto”.
Es tiempo de que modelemos en los chicos el tipo de sociedad que buscamos.
PREGUNTAS QUE PUEDEN AYUDAR A GENERARTE Y GENERARLE ACTITUD CRITICA
– ¿Qué puedes hacer mejor en la tarea/conducta que realizaste/tuviste?
– Eso que estás haciendo ¿Te gustaría que alguien lo hiciera contigo?
– ¿Hiciste tu mejor esfuerzo?
– ¿Crees que rompiste alguna regla o acuerdo? ¿Qué piensas de eso? ¿Cómo lo vas a solucionar?
– ¿Disfrutaste tu tarea? ¿Cómo podrías hacer para disfrutarla?
– ¿Dónde puedes encontrar ayuda?
– Si pasara de nuevo… ¿Qué harías diferente?
– ¿Qué alternativas tienes para que “eso” no vuelva a pasar?
– ¿Cuál es tu responsabilidad? ¿Qué vas a hacer para enmendar tu parte de responsabilidad?
– ¿Cómo crees que te sentirás después de hacer lo que “se te antoja”? ¿Cuál crees que será la consecuencia?
– ¿Qué alternativas tienes para resolver ese problema? ¿Cuál alternativa te gustaría poner en práctica?
Estas preguntas pueden tener respuestas tan sencillas o tan elaboradas como la edad o la inteligencia de quien las responde. Estas preguntas las puede contestar un chico de cuatro o seis años o un adulto.
Lo interesante esta en aprender a pensar de forma analítica, empática y generando alternativas de soluciones, también se le conoce como SER PROACTIVO.
¿Qué otras preguntas se te ocurren? O ¿Cuáles preguntas has puesto en práctica y te han funcionado?.
Psic. Margarita Guerra.