CUANDO EL HAMBRE ATACA…
Cada vez es más común que muchos de mis pacientes me refieran unos “ataques de hambre” que les llegan de manera súbita y que pareciera que tienen vida propia, porque se vuelven incontrolables.
En ocasiones estos “ataques” pueden ser producto de alguna alteración psicológica, es decir, como respuesta a un estado anímico adverso como sentirse triste, enojado, frustrado, decepcionado, estresado…etc.
¿Qué haces para consolarte, premiarte o compensarte?
COMES . Pero… comer no es una forma lógica de canalizar una EMOCIÓN, es decir, si estoy triste=lloro, si enojado=pataleo, frustado=me desahogo con un amigo, etc.
Lo que me gustaría que intentarás la próxima vez que sientas la compulsión por resolver una emoción con comida es que te detengas un momento a detectar exactamente ….¿QUE ES LO QUE ESTAS SINTIENDO Y QUE NOMBRE LE DARÍAS A ESE SENTIMIENTO?
Una vez que lo identifiques tendrás que decidir cuál es la forma más sana y adecuada para que ese sentimiento fluya. Te aseguro que valdrá la pena que te des la oportunidad de cambiar y te ahorrarás mucha culpa post-ataque de hambre.
Como te puedes dar cuenta, el comer como una manera de resolver la forma en que te sientes es muy ilógico para tu cuerpo. Comer es una necesidad básica de todo ser humano, tal como lo es, por ejemplo ir al baño cuando quieres hacer pipí, ésta si es una forma lógica de resolver una necesidad fisiológica. Comer como consecuencia de tener la sensación de apetito, eso sí es adecuado, porque así estarías comiendo como producto de una necesidad real de tu cuerpo.
Y sé que ahora estarás pensando y ….¿QUÉ PASA CUANDO EL ATAQUE DE HAMBRE ES DE VERDAD PORQUE TENGO MUCHISIMA HAMBRE?.
En realidad sí, es cierto, hay momentos en que el hambre es tan poderosa que es imparable, pero esto es producto –la mayor parte de las veces- de malos hábitos alimentarios.
Cuando una persona no tiene el buen hábito de comer con horarios constantes y con cierta disciplina es muy fácil que el hambre se desborde con facilidad. Hay personas que duran 6, 7, hasta 8 horas entre un alimento y otro; esto permite que el apetito se vaya acumulando cual bola de nieve corriendo cuesta abajo y se va haciendo más grande y más grande, hasta que llega el momento en que por fin te sientas a comer.
Para cuando este momento llega, tu hambre esta tan descontrolada que no habrá poder humano que pueda controlar tus decisiones en torno a los alimentos que llevarás a tu boca, es decir, literalmente te podrás comer todo lo que te pongan en frente y más. Esto sucede porque la necesidad fisiológica (básica por cierto) de COMER se vuelve tan imperante que se pierde todo sentido de control y la sensación de saciedad se vuelve difícil de detectar de manera asertiva.
SOLUCIÓN:
Hay que comer cada 3 ó 4 horas máximo, para evitar que se generen largos periodos de ayunos entre un alimento y otro, esto permite llegar con un apetito manejable y normal, sin el deseo de comer desaforadamente.
Por su parte, el estar bajo un régimen de alimentación demasiado restrictivo puede también desatar súbitos ataques de hambre. Al respecto puedo recomendarles que quiten por completo los alimentos que contienen grasa. A una persona que no está consumiendo nada de grasa en su dieta le es muy difícil sentir la sensación de saciedad, de hecho, la referencia de algunos pacientes al respecto es “siento que no estoy comiendo nada”. Las grasas son unas de las principales responsables de la saciedad en nuestro cuerpo por eso es necesario siempre incluirlas en nuestra alimentación, aunque sea en cantidades pequeñas. Esto facilitará el seguimiento y apego al plan de alimentación, así como el proceso de bajar de peso.
Así que ya lo sabes, la próxima vez que estés tentad@ a sucumbir ante un ataque de hambre, revisa qué es lo que puede estar sucediendo y atácalo de manera frontal para evitar el sentimiento de culpa por haber comido en exceso.
Recuerda… hoy comienza el fin de semana, no aflojes el paso, cuida lo que comes
… y comparte esta información con tus amig@s!
Nutrióloga Susy Arroyo
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