Psic. Margarita S. Guerra Paredes.

Las peleas entre hermanos son lo más común, no importa que edades tienen si son hombres o mujeres, igual hay rivalidad, hay diferencias. Es importante saber que estos son solo sus primeros pasos para socializar y resolver sus dificultades. Por tal motivo el hecho de que los padres intervengan y “resuelvan” con frecuencia estorba más de lo que ayuda, ya que incrementan la rivalidad y confirma los sentimientos de “preferencia” por alguno de ellos. SI es necesario un mediador, pero solo eso, no es necesario un “resolvedor”, ellos tienen que generar acuerdos, negociaciones y castigos o consecuencias entre ellos cuando los acuerdos se rompen. De esta manera disminuye mucho la idea de que “tú lo quieres más” o “claro… es tu conse”.

Entre hermanos es común la competencia, con las cosas que como madre/padre haces pues incrementar esta competencia o puedes disminuirla y por lo tanto las peleas también se modificarán. Te invito a que revises tu manejo de los siguientes puntos:

– Las comparaciones son odiosas para todos. Siempre alguno pierde y no será raro que busque sacar ventaja de alguna manera (generalmente provocando una pelea).

– Si te conviertes en juez y decides quien está bien y quien está mal, ayudarás a que alguno se sienta ignorado o víctima de tu autoridad.

– Castigos desmesurados de forma unilateral, cuando no estas segur@ de lo que sucedió y te dejas llevar por el que “sufre” mas por ser pequeño o por ser mas llorón. Si no eres testigo de lo que sucedió y solo te basas en “decires” corres el riesgo de equivocarte y ser injust@ situación que incrementará las diferencias entre ellos y podrás escuchar la siguiente frase con mucha frecuencia…

“Lo que pasa es que es tu chiquead@”, “Claro yo siempre los castigos y a mi hermana no le dices nada”, “siempre le compras lo mejor” etc. Es probable que alguna de estas frases o varias te hagan sentido. Es común que por mucho que los padres se esfuercen alguno de los hijos incluso los dos ven diferencias e “injusticias”, claro que para los adultos es frustrante y con frecuencia la respuesta es: “Claro que no es mi chiquead@… siempre les doy igual a todos… Lo que pasa es que tú eres ventajoso con tu hermano menor y por eso te castigo más, etc”.

Ninguna respuesta como esta o similar a esta ayuda a que esas ideas se vayan, te sugiero que intentes los siguientes puntos:

– Cuando este tipo de reclamos pasan, son señal de que algo estás haciendo que el niño percibe como injusto. Busca tiempo para que él y tu estén tranquilos para hablar del tema y que te diga que cosas observa como injustas o porque se siente en desventaja.

– Evita contradecirlo en el momento en que lo está diciendo, no quiere decir que le des la razón y se hagan las cosas como él dice, solo que estas considerando que tal vez tenga razón y lo revisarás.

– Obsérvate y observa a tu pareja para que puedas revisar a quien consideras débil o en desventaja, con frecuencia es quien sale favorecido con el “juicio” de mamá, pero la situación después le cobra con el hermano que lo seguirá molestando y cada vez con situaciones más complicadas o con más frecuencia.

¿COMO DEJAR DE SER JUEZ EN LAS PELEAS?

En lo que va de esta semana en varias ocasiones he escrito que NO es conveniente ser juez en las peleas entre hermanos, pues todos pierden, la mamá queda como injusta y parcial, el hermano que resulta con la mejor parte se empodera y el que queda con la peor parte queda resentido… Entonces cómo? Si partimos de la idea de que los hermanos son un ensayo para socializar, sería conveniente que ellos aprendieran a resolver sus diferencias y malos entendidos.

SUGERENCIAS.

– Es importante que estés presente la mayor parte del tiempo, pues les enseñarás a no interrumpirse cuando hablan, no decir “no es cierto, mentiroso” y cambiarlo por ” no estoy de acuerdo, en mi opinión fue diferente”, es decir, cambia de ser Juez a ser moderador y esto ayudará a que aprendan a discutir y escucharse sin ofenderse.

– Algunas preguntas que te ayudarán a guiarlos en la resolución de un conflicto son: ¿Cómo lo van a resolver para que los dos queden en paz? ¿Si volviera a pasar esto, qué harías diferente?, ¿A qué se quieren comprometer? ¿Y si vuelve a pasar, que van a hacer? Cualquier pregunta que les ayude a responsabilizarse de lo ocurrido y dejar de aventar culpas al de enfrente, les ayudará a resolver sus conflictos, así como preguntas que los lleven a comprometerse y asumir las consecuencias si el compromiso es violado.

– Pueden tomarse algo de tiempo para pensar las respuestas, pero es importante que los conflictos fuertes no queden al aire.

– Cuando cada uno se centra en ser escuchado y no en escuchar, es cuando se genera el problema. La tarea es pedirle a cada uno que diga en lo personal ¿QUE HIZO MAL?, esto es una tarea muy complicada pues el automático es decir lo que EL OTRO HIZO MAL.

– Cuando ya se contesto esa pregunta puedes pedirles que digan QUE NECESITAN ELLOS PARA SENTIRSE MEJOR y dejar ese evento por la paz. Tal vez necesiten aislarse un momento o generar un compromiso personal o por parte del hermano o una disculpa. Lo importante es que lo tengan claro y que lo pidan.

Si alguno o los dos hermanos se portan herméticos y no quieren responder a las preguntas… se les da tiempo y se vuelve a abordar horas mas tarde.

Si al pedir algo del hermano para sentirse mejor, se detecta abuso o tiranía, se le hace saber y se le invita a que analice si realmente esta siendo justo o si esta hablando desde el coraje, tal vez sea necesario dejar pasar algunas horas.

La idea básica es llevarlos a que resuelvan sus problemas dialogando, negociando y sobretodo, desde la honestidad, de lo que YO HICE MAL, o yo hice para que este problema se presentara.

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