RESPONSABILIDAD Y EMOCIONES.
Psic. Margarita S. Guerra Paredes.
Uno de los valores que más interesa a los papás y mamás inculcar en sus hijos es la responsabilidad. Y creo que una de las formas más valiosas de responsabilidad tienen que ver con asumir responsabilidad de las emociones.
Tener responsabilidad de las emociones ayuda a que cada quien asuma las consecuencias de lo que decide hacer frente a ciertas emociones.
Ejemplo: Estas esmerándote en cuidar una planta que te gusta mucho y le pides a tus hijos que cerca de ese espacio no jueguen pelota, vas pasando por ese espacio cuando observas la pelota caer exactamente en tu planta favorita. Explotas, gritas y si pescas a alguno de ellos tal vez le toque un jalón o manotazo. Pasado el tiempo tu hijo te reclama el manotazo y le dices “tú tuviste la culpa, para que me desobedecías”.
Así es como le enseñamos a nuestros hijos a ser responsables de nuestras emociones, entonces no será raro que cuando te manden llamar de la escuela porque tu hijo pateo a un compañero, escuches de tu hij@: “Él tuvo la culpa mamá… para que me quitaba mis colores?”
Te invito a que te responsabilices de lo que decides hacer estando triste, enojad@, frustrad@, etc. Es probable que haya un “alguien” que abone a la emoción, pero TU y solo TU, decides que hacer con esa emoción. Nadie más tiene la culpa, nadie más es responsable.
SUGERENCIAS:
– Si tu hijo es pequeño, evita pegarle al objeto con el que se golpeo, esta es una de las primeras formas en que le enseñamos a un niño a buscar responsables afuera. Pareciera un juego inocente y hasta chistoso, pero no lo es.
– Evita decirle “me haces enojar”… “me haces tan feliz” y frases por el estilo, pues así les enseñamos que los demás son responsables de lo que YO siento.
– Puedes cambiar esas frases por: “Me enoja mucho cuando tu… no compartes, gritas, etc”… “Me siento muy feliz cuando te veo…corriendo, compartiendo, etc”.
– Preguntas que le ayuden a reflexionar acerca de su participación en un conflicto, le ayudarán a no se indolente acerca de su responsabilidad, pero tampoco ser el que considera que todo lo malo sucede por tu culpa.