INCLUIR AL PADRE

INCLUIR AL PADRE.
Mtra. Consteladora Danitza Covarrubias.
El hombre, un ser especial y maravilloso. Su fuerza ancha, sus manos gruesas, y la mirada profunda y callada. Con tantas emociones desbordándose en esos ojos, ahogadas sin permiso de expresar todo lo que le habita.
El hombre, por una parte tan opresor, y por otra tan oprimido.
Alguna vez me preguntaba una amiga colega, porqué esta exagerada celebración al día de la madre y no así al padre? Desde aquél día me ronda la pregunta.
Hoy quise dar lugar a este preguntarme, por qué?
Creo que así como la mujer estaba excluída del mundo social, del mundo laboral, del mundo político, y poco poco ha ido luchando por ganar terreno, del mismo modo el hombre ha estado excluido de las tareas del hogar y mucho más de la paternidad, de la cercanía con los hijos, aún más en edades menores.
 
Tal vez sea una cuestión histórica, pues antes los hombres se iban a cazar, y las crías se quedaban con los ancianos –práctica hermosa y sabia, pues se creía que al ser los bebés y niños recién salidos del “espíritu”, y los ancianos prontos a volver a él, se entenderían y ayudarían mejor en este trance mutuo-. Las mujeres estaban ahí, también, cerca, ofreciendo pecho, alimento, cobijo.
 
Los hombres se iban.
 
Y los hombres aún se van, en muchos hogares, a trabajar, para proveer alimento y techo, luz, gas, internet, colegiaturas, medicinas, diversión, viajes, y un infinito etc.
Mucho hablamos de lo que como mujeres hemos “perdido” por una cuestión de “patriarcado”. Mas creo que es justo delimitar que ha sido un patriarcado social, que sí, ha ido invadiendo todos los rincones de la femineidad, hasta del parto mismo.
Mas también cabría preguntarnos, no reina un matriarcado en el hogar? Uno en el que el hombre no cabe, no atina, y no “puede”.
Y no, no puede ser madre: nutrir, cobijar, cuidar.
Más puede ser padre: impulsar, proteger, motivar, dar fuerza.
En este próximo domingo día del padre, reflexionemos, qué tanto le damos lugar en nuestro corazón a nuestro padre? Aunque se haya ido? Nos dio el regalo –junto con mamá- de la vida. Y incluso en su ausencia nos dio los regalos de desarrollarnos, nos dio tal vez el regalo de su no intervención, que hizo que nuestra historia fuera tal cual es, y que seamos ahora quienes somos.
 
Qué tanto le damos el lugar a nuestra pareja en el hogar? A su manera, lo dejamos limpiar? Ser padres de nuestros críos?
al padre de nuestros hijos… Lo dejamos participar? Siendo padres! Sin exigir que sea “madre”?
 
Cada uno tiene su función. Qué tanto miramos a los padres con una función propia en nuestros hijos, y en su vida?
 
Qué tanto le damos el lugar a ese 50% de genética en nuestros hijos, que hacen que ese hijo sea quien es, incluso si ese padre se fue?
 
Yo hoy quiero reconocer, a la maravillosa y fundamental tarea del PADRE.
 
Papá, no es igual a mamá.
Alguna vez uno de mis hijos tenía miedo, lo abracé, y me dijo, «no es por ofender mamá, pero me da más seguridad el abrazo de mi papá».
 
No me ofendió. Me abrió los ojos: hay algo ahí, en ese abrazo de papá, que no se encuentra con mamá. Ambos somos fundamentales.
 
Papás: gracias por esa fuerza, por ese impulso, por ese proteger a las crías. Gracias, a los que proveen. Gracias incluso a los que se fueron, e hicieron crecer a nuestros hijos en su “no estar”.
 
Gracias por esos hijos nuestros, que sin ustedes, no son.
Tienen un lugar! Defendámoslo! Encontrémoslo!
 
FELIZ DÍA DEL PADRE!!!!
 
«El amor del espíritu es una actitud. Acepta todo tal cual es, simplemente porque existe.»
Bert Hellinger.
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