«Educar para prevenir una mala nutrición»
Nutriologa Susy Arroyo.
A propósito del maravilloso festejo que tenemos el día de hoy, nada más y nada menos que a nuestros apreciados maestros y educadores. ¡Felicidades en su día!
Hoy quiero compartirles nuestra visión de educación para propiciar un estilo de vida saludable desde las aulas:
A lo largo de la vida, la nutrición juega un papel determinante en la salud, el desempeño físico y mental.
La mala nutrición (tanto las deficiencias como los excesos en la ingesta) tiene causas complejas que involucran determinantes biológicos, socioeconómicos y culturales.
En el pasado, un niño obeso era sinónimo de un niño sano, que tenía más probabilidades de sobrevivir a los rigores de un ambiente de mala nutrición e infección. Actualmente, el exceso de grasa corporal en los niños se ha convertido en un problema de salud de importancia nacional y cuya prevalencia va en aumento, tanto en adultos como en niños.
Por su parte, la desnutrición infantil parecería ser un problema del pasado y lejano, pero sigue más vigente y cercano que nunca. A pesar de que la desnutrición ha disminuido al pasar de las décadas, la prevalencia de este problema en México sigue siendo elevada y preocupante.
Las estrategias educativas nutricionales pueden brindar información y herramientas que apoyen a los estudiantes a modificar su estilo de vida. Los expertos han encontrado que cuando los niños reciben educación para la salud como parte de sus clases, existen cambios significativos en lo que a prevención se refiere.
El impacto de diversas acciones y programas en el estado nutricio de la población ha sido documentado, reportando efectos alentadores. Desde 1970, en varios países desarrollados, se han llevado a cabo numerosos esfuerzos basados en educación nutricional dentro de las escuelas, dichas estrategias han sido orientadas a la prevención y a fomentar estilos de vida saludable y una mejor alimentación en la población infantil.
Y aunque, si bien es cierto que la obesidad y la desnutrición son problemas multifactoriales y la educación nutricional es sólo un factor de los muchos que puede contribuir la solución de éste problema, es importante proyectar los grandes beneficios a largo plazo que se pueden obtener. Una educación nutricional seria y sólida puede llegar a modificar los hábitos alimentarios de los estudiantes de manera importante. A su vez, se puede llegar a prevenir una adolescencia y edad adulta con obesidad y desnutrición; por consecuencia, también se pueden prevenir muchas enfermedades crónico-degenerativas.
Se requiere pensamiento inovativo, cambios en los planes gubernamentales y fondos económicos adicionales para la investigación; con el fin de elaborar métodos más efectivos para incorporar educación nutricional y de actividad física a los programas curriculares escolares, sobre todo en las escuelas públicas.
Por su parte, el apoyo de la familia es imprescindible y se requiere de padres comprometidos con un estilo de vida saludable, recordemos que el ejemplo comienza en casa y los padres somos los principales educadores. Así que ¡apoyemos la educación para la salud para nuestros hijos!
En Mundo e hijos apreciamos mucho el trabajo de los maestros y nos sentimos co-participes de su labor educativa ¡Feliz día del maestr@!