¡AMA TU CUERPO DE MADRE!
Nutriologa Susy Arroyo.
Este fin de semana, en concreto este domingo celebraremos un día muy especial, el de las personas más especiales que existe en la humanidad: LAS MADRES.
Las madres son… somos de verdad seres especiales. Sin embargo, muchas veces veo con tristeza lo complicada que puede ser la vida de una mamá, lo complejo y demandante que se ha vuelto ser mamá en nuestros tiempos.
¿A qué me refiero? Bueno esta ese aire mítico de que las mamás debemos de tener una serie de virtudes, características y habilidades que nos deben de permitir desempeñarnos de una manera PERFECTA, es decir, debemos ser SUPER MAMÁS.
Desde pequeñas se nos enseña a que debemos de encajar en la sociedad, lucir de cierta forma, cubrir ciertas expectativas… pero muchas veces esto lleva a una doble moral. Es decir debo de ser pura y recatada, pero una fiera en la cama; debo de ser culta y estudiada, pero es mal visto que trabaje y “desatienda a mis hijos”; debo de infundir en mis hijos deseos de soñar, desarrollarse y volar, pero yo no me puedo dar ese lujo… ¿te parece familiar?
Este concepto de la super mamá que todo lo puede y lo hace perfecto es una verdadera falacia alimentada principalmente por el consumismo y un equivocado concepto de autoestima. La verdad de las cosas es que las mamás, como todo los humanos, somos seres imperfectos por definición y esta autoexigencia sólo logra dañarnos eventualmente.
La maternidad deja muchas cicatrices a su paso y entre los estándares de la “super mamá” esta el tener un buen cuerpo, casi, casi de quinceañera, lo cual es bastante rídiculo. Si hay algo de lo que debemos estar orgullosas son de todas y cada una de nuestras cicatrices de batalla a lo largo de nuestra maternidad: el embarazo, las estrías, la cesárea, unos kilitos de más, las várices, te crecieron los pies, tu busto ya no es el mismo, tu pelo se llena de canas (o pierdes pelo), las ojeras por las desveladas, las arrugitas, depresión post-parto, la lactancia, etc, etc.
Estas y más son las cicatrices de una mamá que ha dado, literalmente su cuerpo y alma para que sus hijos estén entre nosotros (y también los que ya se nos adelantaron). Estas cicatrices son incomprendidos recordatorios de lo mucho que has amado, que sin importar vulnerar tu cuerpo, lo has permitido casi todo, con tal de ver a tu hijo o tu hija nacer, desarrollarse y ser feliz.
Como mujeres, es muy difícil por momentos aceptar estas cicatrices del paso de la maternidad por nuestra vida pero hoy yo te invito a que lo abraces, a que AMES a tu cuerpo, porque se que lo has dado todo sin reserva.
La belleza es un concepto complejo, abstracto incluso y sin temor a equivocarme podré decir que TODAS las madres cuentan con una belleza inigualable e invaluable para sus hijos e hijas.
Cuida tu cuerpo, aliméntate sanamente, haz ejercicio, procura vivir con bienestar, pero no permitas que tu reflejo en el espejo determine lo que vales, TU ERES una MADRE PERFECTA y no hay mamá más atractiva que la que se vive amada, apreciada y feliz por lo que es y no por lo que esperan que sea.
Valora las cicatrices de tu mamá, valora tus cicatrices y siéntete orgullosa de ser una valiente y hermosa gladiadora de la vida.
Las quiero mamis lectoras de Mundo e hijos, las admiro y respeto. FELICIDADES EN SU DÍA!!!