Psic. Margarita S. Guerra Paredes.
Mucho se habla acerca de las etapas de la infancia y poco sabemos acerca del papel que le toca desempeñar a la mamá a lo largo de la vida de su hijo.
No nos toca desempeñar el mismo papel cuando tenemos un peque de dos años que cuando tenemos uno de quince años. El riesgo de no tener claro esto es que al no actualizarnos nos complicamos y los complicamos.
Ninguna de las siguientes etapas es un corte definitivo o una duración rígida, van combinándose y difícilmente desaparecen por completo, solo van disminuyendo su importancia.
DE QUE DEPENDE SU DURACIÓN O SU INTENSIDAD?
De las herramientas que cada madre desarrolla y del nivel de consciencia acerca de las necesidades de cada hijo tiene.
Desde que son recién nacidos hasta los tres o cuatro años nos corresponde ser MADRE NUTRICIA, se inicia con la alimentación materna, puede ser seno materno y para las que no pueden o no quieren dar pecho, también funciona cuando dan biberón de forma cercana y amorosa. Después sigue con la ablactación, dar alimentos nutritivos que con frecuencia son preparados en casa de manera higiénica y natural, también incluye dosificarles azucares y evitar alimentos que pueden generarles alergias o problemas estomacales. Estos y otros cuidados que son básicas para un adecuado desarrollo. Y en la etapa nutricia no solo nos referimos a la alimentación del cuerpo, también se incluye la alimentación emocional, es decir, ser cercanas y cariñosas; se inculcan valores como el orden, la obediencia y otros que son pilares de su futuro.
Pasados los cuatro años (con frecuencia antes) nos corresponde ser SUPERVISORAS de las instrucciones que reciben en casa y en la escuela, es decir, apoyarlos con tareas escolares y también con tareas de casa, que sigan reglas, aplicar consecuencias, etc. Los seguimos nutriendo física y emocionalmente pero ahora corresponde ser más supervisoras de estas tareas que les ayudarán a construir valores.
Esta etapa de ser supervisora dura hasta la adolescencia (doce años aproximadamente) y posterior a esta etapa continua la de ser MADRE GUIA, en esta etapa de los doce a los diez y ocho años corresponde estar para orientarlos, es una etapa de menos imposiciones, más negociaciones, se siguen aplicando reglas y consecuencias pero ahora en muchas cosas corresponde ser guía, dar opinión, escuchar sus propuestas y dejarlo que cometa errores para que aprenda lo que le corresponde.
Y Finalmente ser MADRE ESPIRITUAL, que es la etapa más larga de la maternidad. Es la etapa en donde no dependen de ti en muchas cosas y ya no es tan fácil que sepas en dónde están y/o con quién están, por lo tanto necesitas encomendarlos a un ser superior que te ayude a vigilarlos, a cuidarlos y a rodearlos de buenas amistades. Te toca confiar en lo que sembraste en cuanto a valores y buenos hábitos y aunque nunca dejarás de ser la que le prepara sus comidas favoritas (madre nutricia), la que le corrija ciertas actitudes de falta de respeto (madre supervisora) o la que le ayude a tomar decisiones ayudándole a pensar y a analizar, te toca a ti como madre observarlo y ser la madre que se acerca a su necesidad y a tu realidad.
Te invito a que revises tus habilidades, tus herramientas en cada etapa de ser madre y si te reconoces con dificultad en alguna, pide ayuda, ya que nunca dejamos de estar en todas estas formas de ser madre.