Mtra. Danitza A. Covarrubias Treviño.

El día del niño fue instituído por sugerencia de la ONU para recordar los derechos de los infantes y para reflexionar de las necesidades, situaciones y circunstancias que viven en la actualidad.

La fecha la decide cada país, aunque en la ONU se institucionalizó como el 20 de noviembre, en México para separarlo de la fecha festiva nacional se modificó su fecha.

Ahora bien, el día de hoy yo lanzo más cuestionamientos que respuestas:

¿Para qué institucionalizar un día del niño, si todo el sistema económico, político y social deja a los infantes desamparados del amor, calor, y corporalidad humana que necesitan?

– Desde el momento en que nacen, hay más médicos deseando su bienestar personal programando cesáreas innecesarias, que no velan por el bienestar de la mamá ni del bebé.
– Cada día más procedimientos protocolarios de rutina en hospitales que atropellan y obstaculizan el vínculo, la lactancia, el contacto inmediato mamá-bebé.

– Cada día hay más guarderías y niños refundidos en ellas, y en escuelas y actividades extra-escolares para que ambos padres –en el mejor de los casos- estén trabajando para poder cubrir sus necesidades materiales… Y las emocionales?… Y las necesidades primarias de amor?

– Cada día más padres y más madres abandonando a sus crios, desentendiéndose parcial o totalmente de sus necesidades, de sus vidas incluso.

– Y al mismo tiempo, cada día se les informa más de sus derechos a los niños, cada vez hay más niños informados, más no formados en todos los temas de la vida.

Desgraciadamente ese conocimiento no les da el respaldo emocional, ni la seguridad, ni la personalidad para enfrentar los retos de la vida.

Tristemente entonces el objetivo de esta fecha se ha perdido, como en otras ocasiones.

Vale la pena entonces replantearnos… ¿Para qué del día del niño? ¿Cómo tratamos a nuestros niños? Llámese hijos, vecinos, sobrinos.
¿Cómo nos vinculamos con ellos?
¿Qué necesitan hoy los niños del presente?
¿Qué podemos hacer para colaborar en esta tarea de mirar y velar por sus derechos, no solo legales, si no reales, de fondo, de mirada amorosa, vinculación profunda?
¿Qué necesitamos nosotros para lograrlo?

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